Aparecen entonces los miedos y las dudas que están siempre al acecho. Fluyan, fluyan con el oleaje. No se preocupen, confíen en la sabiduría del Universo. Si se sienten desmotivados, no se maltraten, tómense un tiempo para ser, para estar, no hagan nada. Si no se sienten motivados a meditar, no se lo autoimpongan. Cuando lo necesiten lo harán. No se creen obligaciones para con la luz, ni carguen con la responsabilidad de cambiar al mundo.
Su responsabilidad está en el hecho de reconocer la verdad. Al reconocerla la están creando como su realidad.
Esto es así aunque no lo puedan ver aún. Y no lo pueden ver porque están en tercera dimensión.
No tengan ansiedad por ver lo nuevo. Sólo sepan que ya es y descansen en la alegría y la paz de ser luz, de saberse luz. La verdad es gozosa, es bella, es relajada. Deben aprender a no crear tensiones. Es un hábito el crear tensiones en el mundo y en sus cuerpos. Pueden elegir soltarlo.
Confíen en que el dolor es apariencia creada por ustedes por costumbre, por hábito, porque es lo que siempre han hecho. Cuando se reconozcan recreándolo, suelten, bailen, canten, rían. Eso ayudará, ciertamente a sus seres queridos que están en sufrimiento mucho más que si ustedes se plegaran a él. Porque así les dan un modelo de posibilidad y al mismo tiempo les quitan el peso de la preocupación ajena sobre ellos, que ciertamente es una energía que no es de ayuda.
Enfóquense en vivir con alegría de la mejor manera posible. Trátense a si mismos como les hubiese gustado ser tratados de niños. Trátense como si aún fuesen niños. Ámense plenamente. Así brillará su luz y se expandirá mucho más fácilmente de lo que lo haría si se sentaran a meditar.
Sean lo que proclaman. Manifiesten su luz. Vivan en plenitud. La alegría es la clave. Suelten el dolor, la exigencia, las imágenes de lo que "debe ser" y sean felices. Eso los llevará inmediatamente al mundo que están deseando y esperando.
Sepan que ese mundo ya es.
En amor y gozo
Canalización del Arcángel Gabriel
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